jueves, 16 de octubre de 2008

¿...No tendré nada que darte...?

Esta mañana he leído en un blog un tema relacionado con "nuestros mayores", esos que a veces son "tan molestos", y he recuperado de mi baúl de recuerdos esta carta que creo que dice mucho en su favor, me gustaría la leyerais porque, a mi modo de ver es impactante y dice mucho en favor de ellos.
Ayer recibí una llamada del asilo: " Su madre ha muerto, señor". Sin mayor mutación interior me metí en mi coche y fui para allá a ultimar detalles, (entierro, flores, ...) ¡ Era importante que tuviera de todo! - me decía.
Entre sus objetos personales estaba esta carta, cuyo membrete rezaba: "Para mi hijo,..., tu madre que te quiere". Tuve miedo de abrirla, lo sé, pues ya el solo hecho de leer aquella línea había punzado mi interior hasta el punto de martillearlo. ¿Por qué?... Sin titubeos, con garbo decidido, abrí la carta. Decía:
Querido hijo:
Esta tarde ha estado aquí el Padre Paul y he hablado largo y tendido con él. He recibido la comunión y es tanta la paz que tengo que he decidido escribirte estas líneas. ¿Tendrás cinco minutos para tu madre?. Es triste preguntártelo, pero desde que me "desterraste" aquí, a esta pequeña cárcel y cementerio de vivos, apenas hablamos, no te veo... ¿me sigues queriendo?
Si, soy una vieja, un estorbo para tu vida social, para tu familia y tu trabajo, pero pese a todo te sigo queriendo y necesito, ahora mas que nunca en que mi corazón se marchita, un poquito de amor, solo un poquito... ¿será mucho ambicionar?. Ya no produzco, ni soy útil; tampoco nada importante...
¿Por qué el dinero te ha hecho cambiar tanto?. ¿Por qué tu comodidad te ha hecho buscar un lugar decente para tu madre?. ¿No eramos felices juntos?. ¡Ah, entiendo, "no podemos servir a dos señores a la vez", y claro, tu madre compensa menos que los billetes de final de mes.
Me encerraste aquí, en esta residencia, y me dijiste: "mamá, allí te cuidan mejor".
¿Por qué me has ido matando poco a poco, minuto a minuto?, ¿por qué me has separado de lo que más quería: familia, nietos, tú, hijo mio...? ¿me he portado tan mal contigo?, ¿no has sentido alguna vez que te quería y que he luchado y vivido por y para ti?.
Se que mi enfermedad me ha ido paralizando y me ha impedido ir a la par con los cambios de tu tiempo. Me puedes dar lecciones en muchas cosas... Pero no te has preguntado, ninguna vez, que si esta vieja "no tendrá nada que darte", a ti, joven. ¿No has sido capaz de descubrir el pequeño mensaje que nosotros los viejos tenemos que ofrecerte?....
Rápidamente tuve que separar la carta de mi vista pues las lágrimas me impedían seguir leyendo. ¿Que he hecho? - me pregunté. Mi mente, mi interior confuso y comprimido de dolor no podía seguir leyendo,... Miré la despedida de la carta:
...No se si te han confundido mis palabras pero era necesario desahogar mi interior, todo lo que he ido acumulando durante años. No te guardo rencor, Dios lo sabe, pues mi amor por ti será siempre el mismo, pero te prevengo: ¿te gustaría que tus hijos hicieran lo mismo contigo?. Piénsalo. No te quiero quitar mas tiempo. Dale muchos besos a Javi, ¡habrá crecido mucho desde la última vez que lo vi, hace tanto tiempo ya!.
Bueno cuidate mucho hijo mío. Este "pequeño" estorbo, tu madre, "allí" donde vaya después de morir seguirá estando muy pendiente de tí.
Tu madre........, que te quiere.......

2 comentarios:

Merce dijo...

Hola Danypon!
Conmovedora e invita a la reflexión.
Muchos besos

Ronini dijo...

se me ha encogido el corazón, es realista , demasiado,
a veces tenemos que pensar si lo que hacemos es lo que nos gustaría recibir para darnos cuenta de que estamos cometiendo un error.
besos, y gracias
(qué tal esos puntos??)